Queridos hermanos: No os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios. Y ¿quién es el que discierne los espíritus? Hermanos míos, nos plantea un difícil problema; lo mejor es que nos diga él mismo los criterios de discernimiento. Escuchad atentamente lo que dice: Queridos hermanos: No os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios.
En el evangelio, el Espíritu Santo viene designado con el nombre de agua, cuando el Señor gritaba diciendo: El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba; de sus entrañas manarán torrentes de agua viva. El evangelista declaró a qué se refería, cuando escribe a continuación: Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él. ¿Por qué el Señor no bautizó a muchos? ¿Qué es lo que dice Juan? Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado. Debido, pues, a que, teniendo el bautismo, no habían todavía recibido el Espíritu Santo, que el Señor envió desde el cielo el día de Pentecostés, se esperaba a que el Señor fuera glorificado para derramar el Espíritu.
Mientras tanto, antes de ser glorificado y antes de enviar el Espíritu, invita a los hombres a que se preparen para recibir el agua, de la que dijo: El que tenga sed, que venga a mí; y: el que cree en mí, que beba; de sus entrañas manarán torrentes de agua viva. ¿Qué significa: torrentes de agua viva? ¿Qué significa aquella agua? Que nadie me pregunte; pregunta al evangelio: Decía esto, subraya, refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él. Así pues, una cosa es el agua del sacramento, y otra el agua que simboliza al Espíritu Santo.
El agua del sacramento es visible; el agua del Espíritu es invisible. La primera lava el cuerpo y significa lo que produce en el alma; por medio del Espíritu el alma misma es purificada y alimentada. Este es el Espíritu de Dios, que no pueden poseer quienes rompen con la Iglesia. E incluso los que no rompen abiertamente con la Iglesia, pero están de ella apartados por el pecado, y dentro de ella oscilan como la paja y no son grano, incluso éstos están privados del Espíritu.
Este Espíritu es designado por el Señor con el nombre de agua. Lo hemos oído en esta carta: No os fiéis de cualquier espíritu, y lo atestiguan aquellas palabras de Salomón: Abstenerse del agua ajena. ¿Qué es el agua? El Espíritu. ¿Pero siempre el agua significa el Espíritu? No siempre: en algunos pasajes significa el bautismo, en otros los pueblos, en otros la sabiduría. Por tanto, la palabra agua tiene diversos significados en distintos textos de la Escritura. Hace un momento, sin embargo, habéis oído llamar agua al Espíritu Santo, y no debido a una interpretación personal, sino según el testimonio evangélico que afirma: Decía esto refiriéndose al Espíritu Santo, que habían de recibir los que creyeran en él.
San Agustín de Hipona, Tratado 6 sobre la primera carta de san Juan (11: SC 75, 300-304)
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