sábado, 9 de febrero de 2013

Os saluda mi espíritu


Acordaos en vuestras oraciones de la iglesia de Siria, que privada ahora de mí, no tiene otro pastor que el mismo Dios. Sólo Jesucristo y vuestro amor harán para con ella el oficio de obispo. Yo me avergüenzo de pertenecer al número de los obispos; no soy digno de ello, ya que soy el último de todos y un abortivo. Sin embargo, llegaré a ser algo, si llego a la posesión de Dios, por su misericordia.

Os saluda mi espíritu y la caridad de las Iglesias que me han acogido en el nombre de Jesucristo, y no como un transeúnte. En efecto, incluso las Iglesias que no entraban en mi itinerario corporal acudían en cada una de las ciudades por las que pasaba.

Os escribo desde Esmirna, por medio de unos efesios verdaderamente dignos de ser proclamados bienventurados. Entre otros, está también conmigo Croco, que me es muy querido. Respecto a los que, desde Siria, me han precedido a Roma a gloria de Dios, creo que los conocéis. Decidles que llegaré pronto. Todos son dignos de Dios y de vosotros, y conviene que les agasajéis en todo.

Adiós. Sed fuertes hasta el fin, soportándolo todo por Jesucristo.

San Ignacio de Antioquía , Carta a los Romanos (9-10: Funck 1, 223)

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